16 May 2012 2 comentarios
Las primeras viñetas (XV). Calvin & Hobbes

Tras ver como varios de sus intentos por conseguir que algún editor aceptara publicar alguna de sus propuestas caían en saco roto, Bill Watterson recibió finalmente un consejo del United Feature Syndicate que le animaba a centrarse en el desarrollo de uno de los personajes secundarios que aparecían en uno de los trabajos que habían revisado. Tomando como válido el consejo, Watterson se concentró entonces en el hermano pequeño del protagonista, el cual siempre llevaba consigo un tigre de peluche, y presentó la nueva tira a los editores.
Aunque pueda parecer sorprendente, el propio sindicato que había empujado al autor a profundizar en los personajes del niño y el tigre, rechazó la propuesta y obligó a Watterson, que creía en el potencial de la tira, a ofrecérsela a otros sindicatos. Finalmente, el Universal Press Syndicate mostró el interés debido a los pequeños protagonistas y, tras presentar el dibujante una cantidad de trabajo aceptable, decidieron empezar a publicar Calvin & Hobbes. El 18 de noviembre de 1985 se publica en una treintena de periódicos la primera tira de la serie. Secuencia que, debido al corto número de periódicos que la publican, queda inaccesible incluso para el propio autor.

Reproducidas a continuación, aquellas primeras cuatro viñetas narran el primer encuentro de Calvin con el que a partir de entonces se convertirá en su compañero inseparable de correrías, un pequeño tigre de peluche llamado Hobbes que en compañía del travieso muchacho adquiere cuerpo y personalidad propias y es capaz de encajar perfectamente en cualquier situación que se presente.




May 16, 2012 @ 20:59:40
¡qué grandes Calvin y Hobbes! Sorprende esos comienzos difíciles viendo su éxito hoy día…
May 17, 2012 @ 08:06:18
También tiene mucho que ver la postura de Watterson de no bajarse del burro casi por nada, incluso en sus primeros pasos como autor de tiras, haciendo que los editores no estuvieran por la labor de publicar algo de un autor que a la postre iba a mermar sus intereses.
Y que conste que dicha postura a mi me parece la más correcta. Al final, gracias a que los demás autores han tragado con todo lo que les iban proponiendo a cambio de dinero y fama, se ha matado a la gallina y en la práctica las tiras de prensa han dejado de existir.
Saludos.