06 Ene 2011 Sin comentarios
La madurez de una obra maestra (III). Astérix el galo. Legionario



La décima historia de Astérix es casi con toda probabilidad la mejor historia que se ha escrito de la serie y marca un punto de inflexión en el desarrollo de toda la obra. Albert Uderzo es muy consciente de lo que tiene entre las manos y prácticamente sólo se dedica ya a dibujar las aventuras de los galos. La tirada inicial de un millón de ejemplares que se produce con la impresión del álbum un año después de su publicación en Pilote le da indiscutiblemente la razón. La caracterización de todos los personajes es completa y el nivel de elaboración que se puede apreciar en el trazo de cada una de las viñetas y que había ido en aumento desde el álbum Astérix y Cleopatra es ciertamente notable, debido sin lugar a dudas a la ya comentada mayor dedicación de un dibujante que terminará de abandonar al resto de sus personajes en favor de Astérix. Cada página es una demostración de todo lo que puede hacer la plumilla de este excelente ilustrador, el cual no parece tener problema alguno en llenar las viñetas de originales personajes que desarrollan sus andanzas en una multitud de emplazamientos dibujados a la perfección.








