18 May 2011 4 comentarios
Viñetas para la historia (XXVIII). Max Fridman. Rapsodia Húngara
La publicación de la primera historia de Max Fridman a comienzos de los ochenta supuso todo un acontecimiento de repercusiones excepcionales que llevaron a su autor, el italiano Vittorio Giardino, a ocupar un lugar entre los mejores artistas de la historieta de todos los tiempos. Con una extensión que excedía la regla y ponía en un compromiso a cualquier editor que quisiera encargarse de su publicación –la revista Orient-Express nace casi con el exclusivo propósito de financiar la obra–, un guión y unas ilustraciones que desbordaban con creces la calidad de cuanto en aquel momento se realizaba en toda Europa, Rapsodia Ungherese obtiene un éxito casi sin precedentes tras su recopilación en álbum en 1982 a la vez que fue colmada con algunos de los premios más importantes de la industria, entre los que se pueden contar el Yellow Kid del Salón Internacional del Cómic de Lucca y el St. Michel de Bruselas a la mejor obra del año.
Max Fridman es un comerciante judío de origen francés con un pasado de trabajos realizados para el servicio de espionaje galo que ahora se dedica al cuidado de su hija y de su próspero negocio en la ciudad suiza de Ginebra. Dichas circunstancias son aprovechadas para chantajear al espía retirado con su expulsión de Suiza si este no lleva a cabo un último trabajo de investigación. El grupo Rapsodia, una célula de espionaje del servicio secreto francés en Budapest, ha sido borrada del mapa casi en su totalidad y será tarea de Fridman averiguar quién ha ejecutado el atentado. Es el año 1938, Europa está al borde la Segunda Guerra mundial y nazis o comunistas soviéticos son señalados como posibles autores de una masacre preámbulo de coyunturas más elevadas.
Rapsodia Ungherese es una obra colmada de influencias y referencias de autores relacionados con el género negro literario y cinematográfico. Además de estar reconocidas por el propio autor, se adivinan entre las páginas de la historia pasajes de John le Carré, Graham Greene y Arthur Koestler o escenas cinematográficas de directores como Orson Welles o Alfred Hitchcock. El gusto por la historia de Giardino sitúa a sus personajes en un entorno plagado de referencias históricas que abarcan desde el desarrollo mismo de la historia hasta la rica caracterización, ademanes o vestimentas de una pléyade de secundarios de lujo que deambulan por unas calles de Budapest dibujadas con un detalle fabuloso y un preciosismo gráfico apabullante. Vittorio Giardino presenta una historia de espías de dimensión internacional que durante noventa páginas nos traslada por París, Zurich y Budapest y nos pasea levemente por Grecia, Rumanía, Austria y Alemania, no da un respiro ni al lector ni al protagonista y cumple a la perfección con la tarea de hacer creíble un relato de estas características.
Rapsodia Ungherese, una de las mejores obras del cómic de los ochenta y a la postre de todos los tiempos. Sirvió para consolidar la carrera de un autor que continuó con una maestría tremenda la escuela del detallismo y la majestuosidad en una época ya alejada de aquellas estructuras, que con el paso del tiempo ha terminado por consolidar al último de los clásicos, bastión terrible de la decadencia del cómic de autor que ya no tiene cabida en una industria demasiado ocupada en otros pormenores que poco o nada tienen que ver con el arte.
Diegogue
May 19, 2011 @ 05:10:38
he seguido la obra de Giardino desde toda la vida, pienso que su dibujo llegó aun más lejos en virtuosismo en obras posteriores (las otras historias de Max friedman, Jonas Fink, Vacaciones fatales), y aunque sus historias siempre son buenas, creo que ninguna supera a Rapsodia Húngara, que sí, creo que es una obra hito dentro del cómic universal
(y ahora que lo pienso, La balada del mar salado me genera lo mismo, la idea de que su autor empezó con una obra tan perfecta que nada de lo que hizo luego, con mejor dibujo y siempre con un alto nivel de calidad, logró superarlo)
Mark de Zabaleta
May 19, 2011 @ 06:05:30
Gran dibujante/autor..
http://markdezabaleta.blogspot.com
http://www.markdezabaleta.com
Jesús Duce
May 19, 2011 @ 09:28:00
Giardino es otro de mis autores preferidos. Y en Rapsodia Húngara está a una altura de muchísimos quilates. ¡Qué entintado y que precisión! Y nadie como él para dibujar monumentos y parajes. ¡Impresionante!
MhBeyle
May 19, 2011 @ 09:53:54
Hola, Diego, estoy de acuerdo contigo. La calidad aportada por todos y cada uno de los álbumes de Giardino es tremenda. Su dibujo, cuya documentación se equipara a la de autores como Bourgeon, no ha hecho más que crecer con el paso del tiempo y sus historias han ido puliendo con destreza los fallos de la primera. Y sin embargo esta historia cuenta con una frescura que las demás no han conseguido aportar, tal vez por la pasión de un autor que iba metiendo en ella cuantas ideas le iban surgiendo. Todo esto sin desmerecer un sólo ápice la tremenda calidad de todos los trabajos que vinieron después de este.
Por no hacer demasiado pesados los artículos, me dejo en el tintero infinidad de anécdotas y textos, pero esta frase de Giardino viene como anillo al dedo de lo que trato de explicar con aquello de “frescura”:
Rapsodia está llena de errores, pero en muchas cosas me parece genial. No logro comprender como pude meter en ella tantas ideas. En ese sentido, es magnífica.
Vitorio Giardino.
Saludos, Mark… Gran genio 🙂
Hola, Jesús. Ya lo comento en los textos, pero Giardino es leyenda viva de otra época. Como si el tiempo en el que le ha tocado vivir no fuera el correcto. Sus obras son una exquisitez donde en cada viñeta se ofrecen referencias al lector avispado e ilustrado. Rapsodia es una obra maestra sin paliativos. Los planos de la conversación con el representante de “La Firma” en el bosque junto al lago, las escenas de acción, la exactitud de los emplazamientos, la misma trama y su resolución… La excelencia en viñetas.
Jaime
Abr 12, 2015 @ 13:58:21
Muy bien lograda la ambientación.