18 Nov 2010 Sin comentarios
Viñetas para la historia (V). Conan the barbarian. Clavos rojos
Clavos rojos es la mejor historia jamás contada de Conan, nunca superada por ninguno de los fantásticos autores que pasaron por la serie en años sucesivos. Es verdad que fue John Buscema el encargado de elevar a las alturas al personaje, que perfiló para siempre su imagen y que dibujó algunas de las páginas más impactantes y bellas de la década, pero fue Barry Windsord Smith, un dibujante inglés que imitaba malamente a Jack Kirby y que fue salvado in extremis de la deportación por falta de trabajo, el que asumió la labor de perfilar a un personaje que en cierto modo hizo que se tambaleara buena parte del género establecido al mostrar a los lectores una alternativa suficientemente seria y duradera en el tiempo.
La historia, última escrita por Robert E. Howard antes de su suicidio, cuenta la llegada de Valeria y Conan a la antigua ciudad de Xuchotl, un recinto de jade apartado del mundo y rodeado de monstruos donde lo que queda de dos antiguos clanes se afana en destruirse de la forma más bestial y dolorosa posible. Los dos aventureros desequilibran la balanza hasta el punto de que una de las tribus acaba destruyendo completamente a la otra en un baño de sangre y violencia. Creyendo ya acabada la eterna guerra, Conan descubrirá la verdadera naturaleza del lugar en el que él y Valeria se habían sumergido. Un lugar terrorífico que otrora fuera gobernado por seres que habían estado más allá de este mundo y que ahora, cubierta la venganza de uno de los grupos que acabó con los moradores originales, volverán para completar la suya y acabar así con todo lo vivo.
La páginas de Clavos rojos se harán leyenda gracias a la fabulosa adaptación que del relato de Howard hace Roy Thomas y a la fantástica puesta en escena que de esos textos lleva a cabo Barry Smith. La lucha contra el monstruo primitivo que ronda el acceso a Xuchotl, la plasmación de toda la locura que se vive en el interior de una ciudad asfixiante cargada de venganza y odio, el final sangriento de las dos familias que la habitan y el colofón de una aventura que acaba con los dos personajes principales como despertando de una horrible e iniciática pesadilla de la que no quieren saber nada y que hará caer en el olvido los restos de la ciudadela de jade, destinada a ser engullida por las arenas del desierto.
La historia, además de confirmar el período de Roy Thomas al frente de las narraciones del personaje como el mejor trabajo de toda la carrera del guionista y la etapa más sobresaliente que jamás ha vivido el bárbaro Conan, supone por encima de todo la cumbre y a la vez el punto y final en la evolución de un dibujante que creció con el bárbaro protagonista y cuyo dibujo alcanzó cotas de belleza y fuerza muy difíciles de superar. Fue punto de inflexión en los años sesenta, ayudando a revolucionar la historieta norteamericana junto a figuras de la talla de Neal Adams, Jim Steranko, Gil Kane o Gene Colan. Los trabajos de Barry Smith son desde entonces cita obligada para todo buen amante del cómic.