07 Dic 2010 4 comentarios
Viñetas para la historia (VII). Leyendas de hoy. Partida de caza
Entre los años 1975 y 1983 Pierre Christin y Enki Bilal firmaron cinco relatos que se agruparon bajo el título de Légendes d’aujourd’hui. Cinco historias pre-publicadas en la revista Pilote e independientes entre sí que sin embargo tenían en el género de la política-ficción de tintes izquierdistas un nexo común bajo el cual todas ellas podían agruparse. Si bien los magníficos guiones de las diferentes entregas mantienen una calidad constante a lo largo de toda la serie, es el dibujo de Enki Bilal el que logra una evolución creciente que alcanza su culmen en el último de los libros: Partie de chasse.
El argumento, que se sitúa físicamente en territorio polaco, nos cuenta como un grupo de dirigentes comunistas pertenecientes a diversas naciones aliadas se reúnen, bajo el pretexto de una partida de caza, en torno a Vassili Alexandrovitch Tchevchenko, un héroe revolucionario que ha ocupado puestos de extrema relevancia dentro del Partido Comunista y que ha realizado en la sombra del poder político cuantas salvajadas han sido necesarias para el mantenimiento de la gloria del imperio ruso. Conforme avanza la trama van saliendo a la luz diversas historias vividas por los invitados allí reunidos y se nos relata cómo estos hombres accedieron en su día a distintos órganos de autoridad gracias a las maquinaciones de Tchevchenko y como fueron desarrollando su personalidad bajo la influencia del mando.
La disección de los aparatos de poder y de la corrupción asociada con ellos es contada de manera magistral por Pierre Christin, que contrapone la visión ya pragmática de unos líderes que como animales sanguinarios han hecho durante su existencia todo lo posible por mantenerse en su privilegiada situación y el idealismo primigenio de todos aquellos que abrazan por vez primera la utopía comunista y la consideran válida. Bilal, que propone aquí uno de sus trabajos más notables, refleja con sus dibujos toda esta podredumbre sanguinaria y nos presenta unas escenas que se mueven entre lo paisajístico cuando se trata de representar la actualidad de la trama y lo alegórico cuando se nos cuenta el pasado de cada uno de los protagonistas, sumergiendo al lector en un ambiente de decadencia que se eleva a lo sofocante en algunos pasajes del relato.
Los innovadores recursos narrativos, la composición de muchas viñetas y el uso del color, que el dibujante domina ya a la perfección, se aplican con absoluta maestría a cada uno de los dibujos que componen el libro, adelantando la transformación que se verá posteriormente en toda su plenitud en la genial Trilogía Nikopol. El álbum está repleto de escenas inolvidables que hacen del mismo uno de los más recordados por los lectores de historietas de todo el mundo. Dichas ilustraciones se ajustan como rara vez puede contemplarse a la trama política que idea Pierre Christin, donde los textos proclaman una denuncia social que mantiene su vigencia tres décadas después de su aparición y que a buen seguro seguirá haciéndolo durante muchas más.
El argumento, que se sitúa físicamente en territorio polaco, nos cuenta como un grupo de dirigentes comunistas pertenecientes a diversas naciones aliadas se reúnen, bajo el pretexto de una partida de caza, en torno a Vassili Alexandrovitch Tchevchenko, un héroe revolucionario que ha ocupado puestos de extrema relevancia dentro del Partido Comunista y que ha realizado en la sombra del poder político cuantas salvajadas han sido necesarias para el mantenimiento de la gloria del imperio ruso. Conforme avanza la trama van saliendo a la luz diversas historias vividas por los invitados allí reunidos y se nos relata cómo estos hombres accedieron en su día a distintos órganos de autoridad gracias a las maquinaciones de Tchevchenko y como fueron desarrollando su personalidad bajo la influencia del mando.
La disección de los aparatos de poder y de la corrupción asociada con ellos es contada de manera magistral por Pierre Christin, que contrapone la visión ya pragmática de unos líderes que como animales sanguinarios han hecho durante su existencia todo lo posible por mantenerse en su privilegiada situación y el idealismo primigenio de todos aquellos que abrazan por vez primera la utopía comunista y la consideran válida. Bilal, que propone aquí uno de sus trabajos más notables, refleja con sus dibujos toda esta podredumbre sanguinaria y nos presenta unas escenas que se mueven entre lo paisajístico cuando se trata de representar la actualidad de la trama y lo alegórico cuando se nos cuenta el pasado de cada uno de los protagonistas, sumergiendo al lector en un ambiente de decadencia que se eleva a lo sofocante en algunos pasajes del relato.
Los innovadores recursos narrativos, la composición de muchas viñetas y el uso del color, que el dibujante domina ya a la perfección, se aplican con absoluta maestría a cada uno de los dibujos que componen el libro, adelantando la transformación que se verá posteriormente en toda su plenitud en la genial Trilogía Nikopol. El álbum está repleto de escenas inolvidables que hacen del mismo uno de los más recordados por los lectores de historietas de todo el mundo. Dichas ilustraciones se ajustan como rara vez puede contemplarse a la trama política que idea Pierre Christin, donde los textos proclaman una denuncia social que mantiene su vigencia tres décadas después de su aparición y que a buen seguro seguirá haciéndolo durante muchas más.
Diegogue
Dic 08, 2010 @ 19:39:54
Uno de mis libros preferidos, lo leí por primera vez a los 14 años, y lo debo haber re leído más de 20 veces, pienso que Bilal llegó a un nivel aun mayor en su trilogía de los inmortales, pero esta historia (y las Falanges del orden negro) me gustan mucho más, incluso, pienso que el propio Christin no hizo obras tan importantes después, hace poco leí Lena, con dibujos de Juillard, y me decepcionó un poco
MhBeyle
Dic 08, 2010 @ 22:46:19
Hola, Diegogue. Lo cierto es que comencé escribiendo sobre la trilogía Nikopol, lo reduje a La feria de los inmortales y acabé sacando imágenes de Partida de caza.
Una obra fundamental de los años ochenta y una obra maestra a todas luces. El mejor Pierre Christin y el comienzo del mejor Bilal ¿Se puede pedir más?
Jesús Duce
Dic 10, 2010 @ 07:14:21
Otro momento cumbre del cómic, sin lugar a dudas. El tándem Christin-Bilal realiza una obra redonda y sumamente atractiva
MhBeyle
Dic 10, 2010 @ 10:23:03
Y los que quedan, Jesús, y los que quedan… 🙂