21 Feb 2011 5 comentarios
Viñetas para la historia (XVII). The killing joke. El nacimiento del Joker
En junio de 1988 un Alan Moore que estaba revolucionando el mundo del cómic con su obra Watchmen lanza al mercado junto al también británico Briand Bolland una de las más populares y a la vez mejores historias que jamás se hayan escrito sobre el Joker, uno de los grandes villanos de las distintas series de Batman. Tomando como punto de partida una aventura aparecida en febrero de 1951 en las páginas del número 168 de Detective Comics, Moore cuenta a sus lectores el origen del Joker a través de un relato sórdido en el que un hombre común se ve en la obligación de cometer un delito con la finalidad de poder obtener así una vida mejor.
La historia alcanzará su punto crítico en el momento en que el villano parece haber llevado a término con una crueldad inusitada la acción de destrozar las vidas de dos de los seres más queridos por Batman: el comisario James Gordon y su hija Bárbara. Es en ese momento cuando en una extensión de cuatro páginas se relata el acontecimiento que llevó a esa persona corriente a convertirse en uno de los mayores enemigos de Batman. Contratado por una banda de ladrones que necesitan de sus conocimientos para atravesar una planta química y poder así entrar a robar en el almacén de cartas contiguo, el futuro Joker es ataviado con un gran casco rojo y una capa y toma directamente el papel de un ladrón de moda llamado Capucha roja. Durante su incursión en la planta los ladrones y él son sorprendidos por unas fuerzas del orden que acaban con la vida de los malhechores y por Batman, que acorralará al nuevo Capucha roja al borde de un tanque de ácido al que terminará por caer, horrorizado ante la visión de un hombre murciélago al que ve como un castigo divino.
La última página del incidente nos presenta a un ser humano moralmente destrozado cuyo rostro ha quedado terriblemente consumido por los productos químicos y que, tras haberlo perdido todo –ha recibido la noticia de la muerte de su mujer y de su futuro hijo unas horas antes–, no le queda más que abandonarse a la locura. Briand Bolland dibuja el nacimiento del Joker en siete viñetas magistrales que han quedado grabadas para siempre en el cerebro de todo aquel que haya leído la obra. En su día los dos artistas remozaron la imagen y hasta la propia historia del villano y pusieron un peldaño más en la nueva etapa que comenzaba a vivir el cómic mainstream estadounidense a finales de la década de los ochenta.
La historia alcanzará su punto crítico en el momento en que el villano parece haber llevado a término con una crueldad inusitada la acción de destrozar las vidas de dos de los seres más queridos por Batman: el comisario James Gordon y su hija Bárbara. Es en ese momento cuando en una extensión de cuatro páginas se relata el acontecimiento que llevó a esa persona corriente a convertirse en uno de los mayores enemigos de Batman. Contratado por una banda de ladrones que necesitan de sus conocimientos para atravesar una planta química y poder así entrar a robar en el almacén de cartas contiguo, el futuro Joker es ataviado con un gran casco rojo y una capa y toma directamente el papel de un ladrón de moda llamado Capucha roja. Durante su incursión en la planta los ladrones y él son sorprendidos por unas fuerzas del orden que acaban con la vida de los malhechores y por Batman, que acorralará al nuevo Capucha roja al borde de un tanque de ácido al que terminará por caer, horrorizado ante la visión de un hombre murciélago al que ve como un castigo divino.
La última página del incidente nos presenta a un ser humano moralmente destrozado cuyo rostro ha quedado terriblemente consumido por los productos químicos y que, tras haberlo perdido todo –ha recibido la noticia de la muerte de su mujer y de su futuro hijo unas horas antes–, no le queda más que abandonarse a la locura. Briand Bolland dibuja el nacimiento del Joker en siete viñetas magistrales que han quedado grabadas para siempre en el cerebro de todo aquel que haya leído la obra. En su día los dos artistas remozaron la imagen y hasta la propia historia del villano y pusieron un peldaño más en la nueva etapa que comenzaba a vivir el cómic mainstream estadounidense a finales de la década de los ochenta.
Mo Sweat
Feb 22, 2011 @ 09:14:01
¡Que grande es Brian Bolland!.
Y que pena que no haya dibujado mas cómics… aunque sus portadas son excepcionales.
Siempre nos quedará Paris… digo Camelot 3000.
Saludos.
MhBeyle
Feb 22, 2011 @ 14:48:10
Bueno, y Judge Dredd…
A pocos artistas de aquella época se les sentaba en una mesa y se les decía “dinos qué quieres dibujar y con quien”. Muy pocos autores llegan al nivel gráfico de este señor. Muy pocos.
Mo Sweat
Feb 23, 2011 @ 08:32:20
En los últimos tiempos, a pesar de no haber dibujado cómics, ha realizado un montón de portadas, algunas realmente impresionantes… ¿Tal vez el mejor portadista de la historia del cómic?
Jesús Duce
Feb 23, 2011 @ 13:32:22
Otra de esas obras imposibles de olvidar, a la que uno vuelve de vez en cuando para degustar a dos genios en estado de gracia.
Viñetas alucinantes y un dibujo que roza la perfección…
Abrazos
MhBeyle
Feb 23, 2011 @ 17:20:57
Mo Sweat, sin duda uno de los mejores. Sólo hay que pasarse por su página web para ver de lo que es capaz este hombre. Y por cierto, que en su página web aparece un avance de una historia de ocho páginas que está dibujando para Spirit, con guiones de Howard Chaykin. (http://www.brianbolland.net).
Jesús, yo es que abro este libro y saco para quince entradas de “Viñetas para la historia”. La versión retocada de la que he sacado las imágenes es sencillamente insuperable. Pocas obras alcanzan el grado de maestría que puede observarse en casi todas las viñetas de esta historia excepcional.