15 Oct 2012 4 comentarios
Las primeras viñetas (XVII). Little Nemo in Slumberland
Los primeros compases del siglo XX suponen el inicio de una creatividad desmedida en los periódicos estadounidenses, cuyo punto de referencia quedaba fijado en las secciones de historietas de dos periódicos hermanos: el New York Herald y el Evening Telegraph. En el centro de toda aquella vorágine se encontraba Winsor McCay, un autor que literalmente revoluciona el mundo de la historieta gracias a sus magistrales composiciones y al cuidado dibujo que aporta en cada una de sus creaciones, amén de su confesada pasión por el trabajo que desempeñaba y que iba más allá de una mera transacción comercial.
El 15 de octubre de 1905 aparecía en la edición dominical del “Herald“ la primera página de Little Nemo in Slumberland, una plancha a todo color que contaba las historias de un niño pequeño llamado Nemo y las andanzas que cada noche transcurrían en el país de Slumberland, una tierra a la que el muchacho daba forma en sus sueños. En aquella primera historia, Nemo es llamado urgentemente a presentarse ante el rey Morpheus, para lo cual se pone a su disposición a Somnus, un caballo que le trasladará hasta el monarca con la única condición de que este no sea azotado ni se le obligue a trotar demasiado rápido. Requisito que queda incumplido a las primeras de cambio y que dará al traste con el sueño y con los huesos del muchacho en el suelo de su alcoba.
Vagamente inspirada en una creación anterior de McCay, Dreams of a Rarebit Fiend, la página de Little Nemo se convertirá rápidamente en un éxito arrollador de crítica y público que se mantuvo hasta la marcha de McCay a la organización de William Randolph Hearst, en 1911.
Ya desde aquella primera historia, cuyas viñetas se muestran a continuación en su totalidad, se pudieron observar los derroteros por los que iba a moverse la continuidad de aquella obra que puso patas arriba el inexplorado mundo de la historieta, sentando numerosos precedentes que supondrían y hoy día aún suponen las líneas a seguir en la confección de la página de un cómic.
Mark de Zabaleta
Oct 16, 2012 @ 06:02:29
Ciertamente es un cómic de gran calidad y con un contenido muy “realista” para esas primeras caricaturas en la prensa de aquellos tiempos.
Gracias por esta interesante aportación.
Mark de Zabaleta
Francisco
Oct 16, 2012 @ 08:02:18
Magnifica entrada.
Un autor increible y un adelantado a su época.
Jesús Duce
Oct 16, 2012 @ 10:25:01
Maravillosa entrada sobre el cómic más maravilloso que quizá jamás ha existido.
Yo siempre me hago la misma pregunta: si el cómic hubiera seguido desarrollándose en la proporción de originalidad que aporta Little Nemo, ¿adónde hubiera llegado?
Y otra incógnita: ¿cuáles son los autores que más se aproximan a un siguiente eslabón? ¿Eisner? ¿Moebius?…
mhbeyle
Oct 16, 2012 @ 21:09:30
Hola, Jesús,
En cuanto a experimentación y avance de género, quizás George Herriman es el siguiente autor en la escala temporal que puede asemejarse a la labor que desarrolló en su día McCay. Obviamente Eisner es clave y pionero en el desarrollo de nuevas técnicas en la historieta y Moebius, por la época en que desarrolló su trabajo, no se puede decir que innovara una barbaridad porque género y técnica ya habían sido exprimidos casi desde todos los ángulos posibles, pero por contra su trabajo sí que se aproxima bastante a lo que fue el concepto que de una historieta tenía el creador de Little Nemo.
Saludos.