Don Óptimo

Don Óptimo es un caballero regordete, bajito y con un bigotito al uso que siempre viste con sombrero y chaqueta de colores ciertamente chillones, eternamente acompañados por una pajarita a juego. Su carácter, como su nombre describe a la perfección, es el de un optimista sin remedio: vivaracho, siempre relajado, alegre, sacando de cualquier contrariedad que se le presente un lado provechoso.

Cercano el verano de 1964, la vieja cabecera Tío Vivo se iba renovando poco a poco e iba sustituyendo las antiguas páginas de textos y las de chistes por planchas de historietas. Aquellas portadas firmadas por Peñarroya o Cifré dejaban paso a una historieta de alguno de los muchos personajes que Bruguera tenía en nómina, a la vez que el diseño del título se hacía más colorido. Fruto de esos tiempos modernos fue la inclusión en la revista de nuevos personajes creados para la ocasión, como es el caso de Don Óptimo, surgido del pincel de Escobar y puesto por primera vez en circulación en el número 170 de la segunda época del citado semanario, que imprimía en sus títulos de crédito la fecha del 8 de junio de 1964.

La primera viñeta de Don Óptimo

La estructura de la serie durante toda su andadura, salvo alguna entrega de mayor extensión para algún especial, consistía en el desarrollo autoconclusivo de un argumento en una sola página de seis tiras de viñetas, la primera de las cuales contenía el título de la serie y la firma del autor. La trama siempre giraba en torno al personaje principal de Don Óptimo, el cual, aunque parece atraer hacia sí todos los infortunios habidos y por haber, logra darle la vuelta a la situación y convertir en fortuna lo que antes fue calamidad.

Durante los primeros meses de publicación el protagonista principal vive con su tía, una mujer muy afectuosa que presenta la manía de tocar cuantos instrumentos musicales llegan a su alcance y que tiene una relación muy cordial con su sobrino. Gradualmente la compañía de Don Óptimo irá cambiando por la de Don Pésimo, personaje que a buen seguro surge de la primera historia y que presenta la oposición perfecta al actor principal, hasta el punto de terminar por acaparar la mitad del protagonismo. Don Pésimo es una persona delgada y alta, que luce un enorme mostacho azabache y que siempre va vestido de severo negro. Todo le parece mal, siempre está protestando y no hay cosa que termine saliéndole bien, sea lo que sea. Para colmo de su desgracia, el buen ánimo de Don Óptimo suele, en la mayoría de las ocasiones, agravar una situación que ya parecía insoportable.

Don Óptimo junto a su efímera tía.

Como era habitual en Bruguera, las páginas de Don Óptimo se publicarán, además de en Tío Vivo, en otras revistas de la casa como Mortadelo Especial, Bruguelandia, Super Tío Vivo o la 1ª época de la revista Mortadelo, entre otras. La presencia del personaje, que no deja de ser secundaria frente a la de otros integrantes de la plantilla editorial, se extiende, incluidas reimpresiones, hasta finales de los años setenta y desaparece, mientras su autor se dedica ya casi en exclusiva a dibujar Zipi y Zape, sin contar con recopilaciones por parte de la editorial del gato.

Escobar hace gala una vez más de un ingenio poco habitual al transformar en personaje de tebeo una actitud como el optimismo y consigue evolucionar la obra hasta conseguir, mediante el contrapunto del pesimismo, toda una sátira moral que conduce irremediablemente hasta aquella humorada de Campoamor que rezaba así:

En este mundo traidor
nada es verdad, ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.



Tío Vivo número 170 (8 de junio de 1964)

Tío Vivo número 484 (15 de junio de 1970)

Tío Vivo número 658 (15 de octubre de 1973)

Tío Vivo número 706 (16 de septiembre de 1974)



Guión: José Escobar
Dibujo: José Escobar
Color: Bitono
Editorial: Bruguera
País: USA Páginas: Desc. Años: 1.964/1.980(?)