Las primeras viñetas (I). Mortadelo y Filemón

Con fecha de 20 de enero de 1958 salía a la calle el número 1.394 del semanario juvenil Pulgarcito. En su portada se especificaba el precio habitual de 2 pesetas y bajo dicho montante y la cabecera podía contemplarse una historieta de Carpanta dibujada por Escobar.

Pasadas las dos páginas de El Capitán Trueno que formaban el centro de la revista y después de una sección de chistes elaborada por autores como Raf, Sanchis o Ibáñez, el lector que tuvo la oportunidad de pagar esas dos pesetas en el establecimiento de turno asistió al nacimiento de una nueva serie titulada Mortadelo y Filemón, agencia de información. La página la firmaba Francisco Ibáñez, un autor que hasta entonces apenas había conseguido publicar algunos chistes sueltos en revistas como El DDT, Can Can o la propia Pulgarcito.

Era habitual por aquella época en la editorial Bruguera que las series compusieran su título mediante el uso del pareado. Así, Ibáñez propone inicialmente tres títulos –Mr. Cloro y Mr. Yesca, agencia detectivesca, Ocarino y Pernales, agentes especiales y Lentejo y Fideíno, detectives finos– que finalmente son rechazados en pos del definitivo.

Bocetos de 1957 dibujados por Ibáñez para selección de los protagonistas

Parece ser que el nombre de los dos protagonistas es elegido tras aceptar, sobre el abocetado inicial de los personajes que hace el autor, dos dibujos que tenían cierto parecido con una pieza completa de mortadela y un filete

Nacía así una de las obras más importantes a la vez que longevas del panorama historietístico mundial de la cual se presentan a continuación sus primeros trazos.