Viñetas para la historia (XII). The Spirit. La historia de Gerhard Shnobble



En 1948 Will Eisner estaba haciendo historia con el desarrollo del justiciero enmascarado Denny Colt. Cada uno de los relatos que su pincel trazaba parecía llamado a convertirse en parte indiscutible de una leyenda que estaba cambiando a pasos agigantados el arte de la historieta. En The history of Gerhard Shnobble, publicada el 5 de septiembre de 1948, a pesar de encontrarnos con recursos narrativos que Eisner ya había plasmado en historias anteriores, sí que asistimos al tímido brotar de una inquietud y un sentimiento que el autor retomaría casi treinta años después en su resurgir como maestro y pionero indiscutible del cómic a través de la soberbia A contract with God.

Gerhard Shnobble es un hombre corriente que tras ser despedido del banco donde llevaba trabajando toda su vida decide mostrarle al mundo que puede volar. Confundiéndose entre la acción secundaria protagonizada por Spirit y los ladrones que causaron indirectamente su despido, Shnobble planea entre los rascacielos de la ciudad de Nueva York. En un intento frustrado de abatir a Spirit y sin percatarse de la presencia del protagonista principal, uno de los bandidos acaba a tiros con la vida de Shnobble, que revienta en el suelo sin que nadie haya llegado a observar su maravillosa cualidad.

El relato nos muestra por vez primera a un Eisner contando una historia que va más allá de la mera resolución de un caso delictivo por parte de un justiciero enmascarado o de las andanzas varias de algún personaje secundario al uso. El cuento de Gerhard Shnobble habla de las propias pasiones de Eisner, que nos enseña como en demasiadas ocasiones la humanidad permanece alejada de circunstancias fabulosas protagonizadas por hombres comunes. Escenas excepcionales que nunca serán reveladas y que no tendrán oportunidad ni de pasar al olvido, pues nadie se habrá percatado de su existencia.

The history of Gerhard Shnobble pasará a la posteridad, además de por mostrar al mundo una de las mejores historias jamás contadas en un libro de historietas, por ser la semilla de la cual partirá la obra que terminó de asentar los cimientos de la novela gráfica. El recuerdo de aquel cuento de siete páginas que hablaba de sentimientos consiguió que su autor volviera a dibujar historias. Aunque esta vez, abandonado The Spirit definitivamente, eran crónicas que contaban a los lectores la vida del propio escritor, inquietudes de un hombre no tan común en lo que al arte se refiere que supo revolucionar la industria del cómic y cuyo trabajo, afortunadamente, sí que fue reconocido por la humanidad.