Franquin, André

Etterbeek, 03/01/1924 – Saint-Laurent-du-Var, 05/01/1997
Bélgica

Desde las páginas del semanario Spirou, André Franquin desarrolló un estilo de hacer tebeos que creó escuela y le convirtió en uno de los autores más importantes del cómic franco-belga.
Los años cincuenta y sesenta no serían comprensibles actualmente sin el repaso obligatorio a la obra de un autor que llenó sus páginas de vitalidad y en las que aplicó un estilo de dibujo inconfundible que sirvió de modelo a una multitud de dibujantes.

Franquin comienza sus estudios de arte en el Institut Saint-Luc de Bruselas en el año 1943. Un año después, con la sensación de haber aprendido allí todo lo necesario, conoce a un antiguo alumno del Saint-Luc llamado Eddy Paape, que en aquellos tiempos trabajaba en los estudios de animación CBA. Impresionado por las muestras del trabajo de Franquin, Paape no duda en ofrecerle un puesto en la CBA que, visto el panorama en el instituto –que cerrará debido a los bombardeos aliados del verano del 44–, no será rechazado. Así, en septiembre de 1944, Franquin comienza su andadura como animador junto al citado Paape, Morris y, unos meses después, Peyo.

Con la finalización de la guerra y la entrada en el mercado de los dibujos animados estadounidenses, el pequeño estudio se declara en quiebra y sus trabajadores, gracias a la relación de Morris con la editorial Dupuis –para la que había trabajado en la revista Le Moustique–, pueden entrar a formar parte del plantel del semanario Le journal de Spirou, que había vuelto a publicarse una vez se levantó la prohibición impuesta por los invasores alemanes. Allí conoce a Joseph Gillain, alias Jijé, que por aquel entonces se encargaba de dibujar las aventuras del botones que daba nombre a la revista. Jijé, con otros proyectos en mente, acoge a Franquin bajo su tutela y le enseña el oficio, haciéndole trabajar a prueba en revistas como la citada Le Moustique o Plein-Jeu.

En 1946 Franquin dibuja su primera historia de Spirou et Fantasio, titulada Fantasio et son tank, que finalmente será publicada en Almanach Spirou en el año 1947. Para Jijé queda demostrado con esta historia que Franquin es perfectamente capaz de ocuparse de la serie en solitario y se la traspasa inmediatamente en junio de 1946, dejando incluso que el joven autor termine la historia en curso. Dicha historia se titulaba La maison préfabriquée y las primeras páginas de Franquin aparecieron en el número 427 de Spirou.

Entre 1947 y 1949, el estilo de Franquin se desarrolla con el claro propósito de alejarse totalmente de la influencia imperante y junto a Tillieux, Morris y Peyo, da nombre al estilo conocido como “Escuela Marcinelle”. Dicha escuela representará, ya en los años cincuenta, la parte más importante de la revista Spirou, que es donde Franquin desarrolla ya a sus anchas un trabajo muy personal que eleva a Spirou et Fantasio a cotas de popularidad nunca antes conocidas, gracias a la originalidad de los escenarios y a la nueva interpretación de personajes secundarios.

Hasta 1955, casi todo el trabajo de Franquin se centra en la serie del botones pero, debido a un conflicto laboral transitorio con Dupuis, deja momentáneamente de trabajar para la editorial e inicia una colaboración con Le Lombard en Le Journal de Tintin, donde crea a los personajes Modeste et Pompon.
Ya de vuelta en Dupuis, Franquin, que sigue trabajando con intensidad en Spirou et Fantasio, creará, en febrero de 1957, a uno de los personajes más carismáticos de la historieta franco-belga: Gaston Lagaffe. Franquin, que goza de libertad creativa, explota al máximo sus ideas y crea la antítesis de Spirou. Con el pretexto de contar en clave en clave de humor la vida cotidiana en la redacción de la revista, se pone en escena a un personaje desordenado, torpe y gandul que eleva el arte de su creador hasta el máximo nivel.

Durante esta prolífica época, que abarca casi toda la década de los sesenta, la intensidad del trabajo de Franquin producirá personajes secundarios que rivalizarán con muchos principales, como pueden ser el Conde de Champignac, el Marsupilami o el villano Zorglub.

En 1968, con la marcha de muchos de los mejores autores hacia otras publicaciones, Franquin, cansado y deprimido, decide hacer lo propio y la consecuencia directa es el abandono de la serie Spirou et Fantasio y su dedicación casi exclusiva a Gaston Lagaffe durante varios años. Quedarán en sus manos los derechos del Marsupilami, del que publicará algunos chistes hasta el año 1971.

A partir de 1975 escribe ocasionalmente los guiones de la serie Isabelle para el dibujante Will Maltaite. En 1978, junto a Yvan Delporte y Frédéric Jannin, escribe Les Démêlés d’Arnest Ringard et d’Augraphie.

En 1977 aparece un suplemento de 8 páginas en la parte central de la revista Spirou llamado Le Trombone illustré. Allí Franquin crea la serie Idées noires, historias de una página destinadas a un público adulto que dibuja predominantemente con trazos de color negro y donde aplica un humor amargo y casi derrotista. El suplemento cerró a los treinta números y Franquin siguió dibujando las historias en la revista Fluide Glacial. También en Le Trombone publica, bajo el título de La mitre railleuse, una serie de dibujos sobre las tonterías habituales de un obispo bonachón bastante payaso.

En 1982 la producción del autor se para en seco al caer este en una nueva depresión que le tendrá alejado de cualquier actividad durante dos años y que ya no le dejaría expresar su talento con la maestría de antaño. Así, aunque en 1984 retoma al personaje de Gastón, las páginas se dibujan sin energía, con un trazo muy ligero que muestra a todas luces la fatiga que ya sentía Franquin.

En 1987 se venden los derechos del Marsupilami a un editor que crea Marsu Productions y comienza a publicar historias del animalito sin la colaboración de un Franquin presuntamente agotado que sin embargo se embarca en un proyecto de animación titulado Les Tifous. Durante tres años realiza miles de dibujos que dan como resultado un total de ochenta capítulos de cinco minutos de duración cada uno emitidos por la televisión suiza en 1990. La obra, que no cosecha el éxito esperado, se rematará con la publicación de un álbum editado por Dessis. Debido al trabajo que le supone esta serie de animación, el 26 de junio de 1991 se publica la última plancha de Gaston Lagaffe.

En 1992, ya reconocido su trabajo por todo el país –medalla de la orden de Léopold incluida–, Franquin cede el resto de los derechos sobre sus obras a Marsu Productions y prácticamente se retira hasta el día de su muerte, el 5 de enero de 1997. Antes del fatídico suceso, Franquin todavía llega a ver cómo el álbum número 15 de Gaston Lagaffe, su personaje más querido, vende más de 650.000 ejemplares en mes y medio.


Bibliografía


Cauchemarrant (1979)
Gaston Lagaffe (1957)
Idées Noires (1977)
Isabelle (1975)
La bande à 4 (1981)
La mitre railleuse (1977)
Le Petit Noël (1957)
Les démêlés d’Arnest Ringard et d’Augraphie (1978)
Les Tifous (1990)
Marsupilami (1986) *
Modeste et Pompon (1955)
Slowburn (1982)
Spirou et Fantasio (1946)

Recopilación de trabajos en álbumes genéricos:

Les monstres (2002)
Les doodles (2003)
Le bestiaire (2004)
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(*) Creado en 1952